AUTOR: Manuel Delgado
EDITORIAL: Montesinos
PAGINAS: 180
EDICION:
ISBN: 9788476391389
"La mayor parte de las personas "cultivadas" piensan, en efecto, que la magia debe ser remitida a estadios "inferiores" -por anteriores o por exteriores a nosotros- de cultura. En las sociedades "atrasadas" o entre los colectivos de la nuestra a los que con frecuencia se atribuye algún tipo de "subdesarrollo" intelectual -rústicos, obreros, mujeres, niños, ancianos...-, la "magia" así entendida encontraría su caldo de cultivo, tratándose como se supone que se trata de núcleos humanos en especial vulnerables al embaucamiento de impostor3es dispuestos a sacarles provecho a su credulidad.
En camboi, par el contemporáneo aficionado al ocultimos, la magia aparece asociada a vagas e intrigantes tradiciones herméticas, cuyo origen gustan de remitri a la "noche de los tiempos", por mucho que un mínimo de atención mostraría enseguida su invención reciente. De ahí la profusión urbana occidental de ahora mismo de asociaciones y todo tipo de publicaciones, espacios radiofónicos y televisivos, dedicados al esoterismo, las ciencias ocultas, la parapsicología, etc, en las qeu aparecen alegremente mezclados en un mismo saco el neorrosacruismo, la psicofonía recreativa, la piramidología, el análisis de los horóscopos o el escrutamiento de las señales que indican lo cercano del adviento extraplanetario. (...) Pero, en realidad, la magia, en un sentido estricto, sólo sirve para designar lo que operaban los mágoi medas, más extensamente la forma como los griegos antiguos designaban a los sacerdotes iranios, de manera que si nuestros Reyes Magos son "magos" no es porque practicasen ningún tipo de "magia" sino porque se entiende -de acuerdo con la propia tradición neo y apócrifotestamentaria- que eran miembros del culto zoroastriano."
Más allá de su asociación con una vaga noción de "lo maravilloso" y de la equivalencia que se le atribuye con respecto a la "superstición", la magia implica un límite en el esfuerzo humano por ordenar y controlar lo real. Lo que con desprecio se considera un cúmulo intolerable de supercherías es, de hecho, una sutil y compleja maquinaria que opera para mantenr una comunicación -y por tanto un ascendente- con respecto a la naturaleza.
Esta obra plantea una panoránica sobre el lugar que los antropólogos han asignado a la magia en su teoría y la especial vigencia que tiene ésta hoy para entender la contemporaneidad. Para recorrer la visión qeu aquí se propone se convoca al lector a compartir la premisa de que ese mundo alucinado y en apariencia saturado de disparates que es lo mágico, constituye, en realidad un poderoso operador que lleva acaso miles de años ayudando a los hombres a pensarse a ellos mismos y al universo.